Mi trabajo de luthier en Italia

En aquellos diez años que estuve en Italia, ocho como luthier reconocido, desde 1976, construí tres violines, dos violas, dos violonchelos, un contrabajo, tres guitarras, un laúd, un clave y algunos arcos de contrabajo y restauraciones, sin dejar la investigación, entre libros, revistas y viejos tratados conservados en algunas Bibliotecas, que unidos a mis relaciones con Orquestas, Profesores y algunos Maestros italianos de criterios muy personales, empecé a distinguir lo subjetivo y pasional, de lo esencial y también pasional de la Lutheria.

Nunca pensé en construir guitarras. Mis primeros pasos en Málaga no fueron como yo habría deseado, pero después de hacer el laúd renacentista por encargo de Angelo Gilardino para un alumno suyo, él me pregunto: ¿Cómo es posible que siendo español y andaluz no construyas guitarras?, comentamos el tema y me encargó una. De este gran guitarrista y compositor y de otros grandes de la música y la cultura de allí, guardo muy buenos recuerdos, además de mi gratitud por todo lo que aprendí con ellos.

jose angel chacon
violin lutheria chacon
Con esfuerzo y dedicación, pronto alcancé prestigio y reconocimiento a mi trabajo en un ambiente musical entendido y exigente.

Todos los martes por la tarde, en los últimos años de mi estancia allí, se reunían en mi taller cinco músicos, amigos de Biella, dos profesionales y tres aficionados. Yo hacía el sitio, entre maderas, trabajos y herramientas, para situar los atriles y preparar algún tapeo. Ellos traían sus instrumentos, construidos por mí, sus sillas y sus botellas de excelente vino piamontés. Así pasamos tardes inolvidables, interpretando Música de Bocherini, Mozart o Rossini, entre copas de “Barbera” y “Griñolino”.

Con esfuerzo y dedicación, pronto alcancé prestigio y reconocimiento a mi trabajo en un ambiente musical entendido y exigente, pero me dolían los comentarios tan negativos que hacían de la lutheria española; era algo que no podía soportar y el malestar que me producía iba en aumento. Yo mismo me preguntaba ¿Por qué mis sentimientos se ven alterados por unas críticas que no afectan a mi trabajo ni a mi persona? Eran preguntas que, unidas al sentido práctico de la vida y al llamado sentido común de la familia, se enfrentaban en una lucha diaria dentro de mi mente, a mi personal visión de la vida, a mi sentido menos común y a mis ideales. Como resultado de estas luchas y largas reflexiones, se fue gestando en mi cabeza soñadora la idea de una Escuela de Lutheria en España.

La decisión ya estaba tomada. Mis hijas mayores habían terminado sus estudios, mi único hijo barón, que ya pasaba las horas libres en mi taller, había hecho la básica y la pequeña, nacida allí, empezaba al siguiente año su primera Escuela Elemental, por tanto era el momento más favorable para volver, 1983.

En contraste con la idea que tenían entonces en la Italia del Norte, sobre la Lutheria en España, existe reconocimiento y admiración hacia nuestra guitarra y sus constructores.
Fácil de comprender, si tenemos en cuenta que esa misma admiración y reconocimiento, es compartido por todo el mundo, sin olvidar que la guitarra actual es el resultado de la aportación de los grandes maestros españoles, alcanzando su máximo esplendor en la segunda mitad del siglo XIX, con la aportación del almeriense Antonio Torres, conocedor de las distintas Escuelas Andaluzas que, aplicando estos conocimientos con bastante acierto, creó el prototipo que da origen a la guitarra moderna, insuperable en estética y sonido.

jose angel chacon