Oficios de la madera, ayer y hoy

Para mí, las pocas Escuelas de Lutheria existentes en Países de nuestro entorno, las veo más cerca de las Bellas Artes y de Conservatorios, sin ser ninguna de estas dos cosas, no tienen nada que ver con Las Escuelas Taller, o algunas de Formación Profesional, donde se da la enseñanza imprescindible para cubrir los puestos demandados por la industria moderna, con un perfil de alumno muy distinto al que exigen las Escuelas de Lutheria fuera de nuestras fronteras y que yo, pensando en el planteamiento que se hizo en el primer proyecto de Escuela Taller en Málaga y en la buena predisposición de las autoridades de entonces, pensé que se podría conseguir por este camino.

Algunos políticos no han comprendido, o no está en sus competencias el comprenderlo, que el oficio de Luthier o constructor de instrumentos musicales de cuerda frotada o pulsada, es un oficio vocacional que se ejerce con pasión hacia la música, a la que consideramos como el arte que expresa nuestros sentimientos de la forma más sublime, y también, hacia la madera, cuya nobleza, belleza y variedad está fuera de toda duda, y son tantas sus propiedades, que los que hemos dedicado nuestra vida a elaborarla, la consideramos como uno de los milagros más espectaculares que nos brinda la naturaleza.

trabajando la madera

Tampoco han comprendido la indisociable relación con la cultura musical de este oficio, que mantiene la misma pureza artesanal de siglos. Este oficio, que realiza trabajos destinados a una minoría, relacionada con la música, aún no ha sido absorbido por la industria moderna como ocurre con la ebanistería, de más versatilidad, en su evolución hacia el mueble de consumo. Por consiguiente la formación de un luthier, no tiene nada que ver con la formación de lo que hoy se interpreta como ebanista, y mucho menos con el perfil del alumno que se selecciona para ello.

Hoy, la ebanistería del mueble que más se consume, se diseña teniendo en cuenta, en primer lugar, todos los recursos de la moderna mecanización y las maderas o materiales que mejor se adaptan a ella, su funcionalidad, su apariencia, sus estudios de mercado, publicidad, etc.

Hace años, no sabría precisar cuantos, el acceso a la universidad y conseguir estudios superiores, era patrimonio, casi exclusivo de una minoría económicamente privilegiada, y distanciada en la sociedad de una mayoría, con cuyos recursos podían aspirar como mucho a un oficio, y entre ellos, los que estaban capacitados para haber realizado todo tipo de estudios, se convertían en aquellos maestros y oficiales, que la sociedad de entonces no supo valorar, y la de hoy lamenta su pérdida, sin encontrar los medios para su recuperación.

Su construcción esta dirigida por técnicos diplomados en las tecnologías aplicadas, en sustitución de los antiguos maestros, y realizado por especialistas en las distintas fases de la mecanización, que salvo excepciones, su perfil de alumno es parecido al de los ayudantes o peones de la antigua cualificación, que nunca alcanzaban la categoría de los llamados oficiales. Aquellos oficiales que, salvo en los prototipos y algunas fases de la construcción en series de alta gama, cuyos conocimientos y habilidades ya no son hoy necesarios.